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lunes, 25 de enero de 2010

Haciendo el balance





Rompiendo con todas las profecìas las costas argentinas estàn pobladas de veraneantes del interior y del exterior del paìs.
Sin embargo, la desconfianza que se manifiesta en el dìa a dìa por el descabellado accionar del estado, se ve resuelto en ese afan de disfrutar y de gastar en esparcimientos.
Gastar lo ganado en un año laborioso y esto solo pueden realizarlo, aquellos que saben que hay riqueza en nuestro suelo y que tienen confianza en la evoluciòn.

Es nuestro paìs, lo amamos y lo disfrutamos; la dicotomìa se manifiesta continuamente.
Gurues de todo tipo pululan constantemente con diferentes versiones. Y la incertidumbre muchas veces gana a los mercados, lo que ralentiza al normal desenvolvimiento comercial. Sin embargo, hay una buena evoluciòn, ajena a la crisis global y externa.

Por ello, ...la realidad es que nadie vende sus activos, conservan sus bienes, y gozan de merecidos descansos.

El reflejo vital es: la construcciòn en la ciudad de Mar del Plata, que avanza modernizando y modificando el status de la ciudad.

Esta ciudad, donde se yerguen torres encristaladas que reflejan un cielo nìtido.

Una ciudad que es bella por naturaleza, que tiene hoy plazas cuidadas, calles sin baches, con muchos y diferentes lugares de esparcimiento para todos los estratos sociales y que, contra todas las predicciones, ha recibido a màs 3.000.000 de veraneantes en el verano de 2010, colmando sus calles, sus balnearios, sus salas de espectàculos, que cada vernao recalan en ella, en la temporada màs prolongada y redituable de los ùltimos años.

Verano que ya se acerca a su fin.

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