El crédito hipotecario permanece en zona de estancamiento
¿Todo tiempo pasado fue mejor? En rigor, para juzgar el desempeño de los préstamos hipotecarios para la vivienda habría que remontarse unas cuantas décadas atrás para contestar afirmativamente esta aseveración, señala un informe de Actividad, Moneda y Finanzas (AMF Economía).
Las estadísticas de los últimos 60 años revelan que el financiamiento para la vivienda llegó a representar casi el 40% del stock de créditos al sector privado al promediar el siglo pasado. Obviamente, el mayor apalancamiento con crédito de las actividades productivas y de servicios y el progresivo desinterés por el financiamiento hipotecario como herramienta para que los sectores de recursos medios y bajos accedan a la vivienda propia, redujeron con el correr de las décadas aquellos porcentuales.
Sin embargo, desde fines de la década del 60 se advirtió un definido declive en la operatoria que sólo los 90 (con descalce de monedas incluído) pudieron interrumpir.
La participación de los créditos hipotecarios para la vivienda en el stock de financiamiento al sector privado, lejos de encaminarse a un porcentual de dos dígitos, parece deslizarse irremediablemente hasta las inmediaciones del 5%.
En los últimos 12 meses concluidos a julio pasado, los préstamos para financiar viviendas sólo explicaron el 6,8% del stock de financiaciones al sector privado.
En otros términos, dice la consultora que encabeza Andrés Méndez, no sólo los préstamos para la vivienda ocupan un porcentual muy reducido en la cartera de los bancos, sino que paralelamente esta participación tiende a disminuir en el tiempo, acercándola a los pobres niveles registrados en la década del 80.
Al respecto, las estadísticas que surgen de los balances agregados de las entidades financieras de los últimos 70 años, marcan diversos posicionamientos relativos de los créditos para la vivienda dentro de la estructura de financiamiento al sector privado. De esta forma, en las décadas del 40 y del 50, el crédito hipotecario constituyó prácticamente un sinónimo de financiamiento a privados al llegar a representar hasta casi 40% de la cartera privada de las instituciones financieras.
El panorama de estos primeros meses de este año no puede ser más desolador: mientras las operaciones inmobiliarias muestran tonicidad (de la mano de quienes disponen de excedentes financieros), el stock de créditos para viviendas permaneció virtualmente estancado.
Pese a la disponibilidad de créditos hipotecarios, se advierte un claro "divorcio" entre prestamistas y prestatarios. Como para confirmar que aquella "noche" que se inició en la última parte de los 70, aún no ha encontrado un punto de inflexión. Y esta es una deuda pendiente con amplios segmentos de la población, finaliza AMF Economía.
Fuente: La Gaceta (Tucumán)
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