Desde su llegada al Congreso se ha abierto la polèmica, a todo nivel y ni que decir en cuanto al DERECHO DE PROPIEDAD.
Asi dicen las Camaras del sector:
Críticas de inmobiliarias rurales a la ley de tierras
“Esta ley, si se aprueba así como está, significa un certificado de defunción para muchas ciudades del interior profundo”, expresó Roberto Frenkel Santillán, presidente de la Cámara Argentina Inmobiliaria Rural.
PorMartín Bidegaray
El Gobierno, a través de los Ministerios de Justicia y Agricultura, llevó el debate por la ley de tierras a la Universidad Católica Argentina (UCA). Aunque hubo amplía mayoría de expositores favorables a la regulación propuesta por el Poder Ejecutivo, también se escucharon críticas.
“Esta ley, si se aprueba así como está, significa un certificado de defunción para muchas ciudades del interior profundo”, expresó Roberto Frenkel Santillán, presidente de la Cámara Argentina Inmobiliaria Rural. La ley de tierras propone que ningún capital extranjero pueda poseer más de 1.000 hectáreas. “El 95% de la realidad del campo somos los argentinos”, detalló el referente inmobiliario.
“Esta ley, si se aprueba así como está, significa un certificado de defunción para muchas ciudades del interior profundo”, expresó Roberto Frenkel Santillán, presidente de la Cámara Argentina Inmobiliaria Rural. La ley de tierras propone que ningún capital extranjero pueda poseer más de 1.000 hectáreas. “El 95% de la realidad del campo somos los argentinos”, detalló el referente inmobiliario.
“Hay una dicotomía que el extranjero es malo y el nacional es bueno, creo que están estigmatizando. Lo que importa es qué se hace con el suelo”, agregó. Graficó con la producción de arroz. “Antes, se usaba tecnología precaria y no aportaba nada a la tierra. Cuando vinieron los extranjeros tomaron el agua que nosotros tirábamos al mar, hicieron canales, hicieron bombas y hoy el 30% del PBI de Corrientes es el arroz y los extranjeros, por diversos motivos, vendieron la tierra. El arroz lo trabajamos los argentinos. Los extranjeros vinieron con ideas, las dejaron y se fueron”, caracterizó. Ese concepto mereció el reproche de quienes defendían la ley.
Lo mismo le pasó a Raúl Robin, representante de CAME. Apoyó la ley, pero marcó “reservas sobre el registro nacional de propiedades, no sólo extranjero, sino también de los nacionales”. Antes, Carlos Casamiquela (INTA), destacó que en Brasil hay “casos de excepcionalidad” para extranjeros si compran tierras para una inversión industrial.
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